Reseña: El síndrome Kiwi - Lars Vintergatan

                                                        

Título: El síndrome kiwi

Autor: Lars Vintergatan

Editorial: Autopublicado

Nº de páginas: 221

Gracias al autor por el ejemplar en digital

Jules Eagle, un dentista recién graduado en Dunedin, decide, después de sopesar no volver nunca a su pueblo, casarse con Haere Paniora, una chica procedente también de Okarito con la que lleva varios años de relación. Ese hecho trastocará los planes de vida de ambos y los empujará a una monótona existencia en la que parecen haber encontrado el equilibrio entre lo que son y lo que parecen ser. Un encuentro accidental de la chica con Adler Fuchs, un investigador alemán del hábitat de los kiwis, hará que afronte la realidad cuando ya siente que no puede contar con su amigo Connor Bowers, el último que la ataba a un compromiso que nunca quiso asumir.
Impresionantes paisajes en el verano austral de Nueva Zelanda, viajeros perdidos en lo más remoto y secretos que nunca se han dicho en voz alta se alinean en una trama que nos hará pensar sobre lo que esconde y desea de verdad el ser humano.

En este libro vamos a conocer a Jules y Haere. Ambos se conocieron en la universidad y al terminar sus estudios Jules decide pedirle matrimonio a Haere. A partir de aquí comienza la historia.
Jules y Haere se trasladan a vivir a Okarito donde él se hará cargo de la clínica dental de su padre mientras, Haere trabaja en una imprenta junto a Connor, amigo de Jules. Pasados cinco años de matrimonio, ambos se enfrentan a una constante rutina en la que ninguno de los dos está a gusto y será su quinto aniversario de boda el detonante para que Haere abra los ojos tras conocer a Adler, un alemán que estudia a los kiwis.

El síndrome kiwi es un libro narrado en primera y tercera persona. Estructurado en un prólogo y 22 capítulos no numerados. En cuanto a los capítulos, algunos son más extensos que otros, todos se leen con bastante agilidad y no llegan a resultar pesados. Una cosa que me ha gustado mucho es la edición y es que al comienzo de los capítulos nos encontraremos una pequeña fotografía hecha por Josemanuelerre y una breve descripción sobre fiestas, platos de comida... sobre Nueva Zelanda. 

En cuento a los personajes, me han gustado mucho. Todos mienten, tienen secretos y a lo largo de la lectura los iremos descubriendo. 
Jules, es un chico que no ha tenido una infancia fácil. No quiere defraudar a su padre y por ello se formará para trabajar en la clínica que tiene su padre, también se casará con Haere y así poder formar una familia. Todo ello sin pensar si eso es lo que realmente quiere. Haere, es una chica que tras la muerte de sus padres no había vuelto a Okarito y tras su regreso, los miedos y algunos secretos que ella desconocía saldrán a la luz.

Además de estos personajes también conoceremos a Adler, un investigador alemán, Connor, amigo de Jules y compañero de trabajo de Haere. Pamela, amiga de Haere. Sarah, madre de Jules y algún personaje más que formará parte de esta historia. 

Es un libro que tengo que decir que me ha gustado mucho y al ser cortito no me ha durado nada, en un día y medio ya lo había leído.
La pluma del autor es muy ágil y sencilla, desde la primera página logró engancharme con ese prólogo tan misterioso y que al final del libro todo quedará resuelto y bien explicado. En este libro no solo vamos a encontrarnos una trama romántica, sino que también nos encontremos ciertos toques del género thriller que me han encantado y me han mantenido intrigada. Además, en numerosas ocasiones nos hará reflexionar sobre algunos aspectos de la vida que a día de hoy afectan a mucha gente.
La ambientación del libro nos traslada a Nueva Zelanda y las pequeñas descripciones que hace el autor del entorno consiguen trasladarnos allí en todo momento de la lectura.
El final no me lo esperaba y aunque me ha gustado me ha dejado con muchísimas ganas de seguir leyendo.

En resumen, El síndrome kiwi es un libro corto que se lee rápido y está lleno de sentimientos, misterio, secretos y amor. Un libro perfecto para desconectar de otras lecturas.